El crimen organizado y su modo operandi
INVESTIGACIÓN CRIMINOLÓGICA
Por: Domingo Meran Novas, MA
El crimen organizado desafÃa el desarrollo y la gobernabilidad democrática en América Latina y el Caribe. Este fenómeno se ha generalizado y adquirido nuevas y más violentas formas de operación en todo el Hemisferio. Ello dificulta la vigencia del Estado de Derecho, impide un efectivo imperio de la Ley, afecta gravemente la economÃa y la seguridad de las empresas privadas, y erosiona los sistemas polÃticos y las instituciones democráticas en todos los paÃses de la región. Sin embargo, el impacto mayor del crimen organizado sigue y seguirá siendo sobre las personas: la violencia que éste genera atenta de manera directa y dramática la vida de hombres y mujeres ya sea por vÃa directa, convirtiéndoles en sus vÃctimas, o por vÃa indirecta, robándoles la posibilidad de construir sociedades libres del temor y de la necesidad.
Resulta esencial reflexionar sobre los impactos que el crimen organizado causa en las sociedades y gobiernos de México, Centroamérica (incluyendo Panamá) y la República Dominicana, asà como discutir en qué forma y de qué manera puede incidir la sociedad civil en su neutralización.
3.1 RadiografÃa de las organizaciones criminales en América Latina
Las división clásica de los poderes del Estado desde Montesquieu, ha sido en Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial, los cuales en una sociedad democrática tienen sus funciones especÃficas y son los poderes de mayor jerarquÃa dentro de las sociedades actuales, pero cabrÃa preguntarse sólo existen esos tres poderes legÃtimos o existe algún otro poder que al margen de la ley, pero con todas las caracterÃsticas y fuerza de un poder legÃtimo. El mundo de la criminalidad organizada nos obliga a pensar que más de allá de los poderes legÃtimos existe el crimen organizado, un poder paralelo al que no le es suficiente ser poder sino que se ha convertido hoy dÃa en una de las principales amenazas a los poderes legÃtimos, una fuerza capaz de declararle la guerra a cualquier Estado por fuerte que sea.
Si tenemos alguna duda, basta con observar los hechos acontecido en Estados Unidos de Norte América el 11 de septiembre del 2001, o de analizar la guerra que México está librando en contra del narcotráfico; una guerra que ha dejado miles de muertos que ha matado cientos de agentes del orden en su favor y que tiene a la mayorÃa de los mexicanos convencidos de que el crimen tiene de rodilla al gobierno, a pesar de la firme decisión del Presidente Manuel López Obrador de luchar contra esa criminalidad desafiante.
Sobre el poder del crimen organizado el especialista en organizaciones criminales Gyraud (2012) expresa que: “Una organización criminal es un Estado paralelo, un auténtico contra gobierno en la sombra, con normas, jueces, policÃas impuestos, polÃticos ideologÃas. Este gobierno oculto se encuentra por encima de las leyes y las fronteras transnacionales, con unas reglas y un sistema normativo propios”.
Partiendo del análisis que hace Gyraud y de la realidad que vive la humanidad, en un mundo que clama por seguridad es obvio que el crimen organizado no es una simple asociación para delinquir, son estructuras de poder con instituciones y sistema idéntico al de cualquier Estado; son organizaciones en la que la crisis de credibilidad y autoridad que afectan a instituciones tan tradicionales como el Estado o la familia no le han tocado, que lejos de estar en proceso de descalabro exhiben fortaleza, riqueza popularidad un sin precedente estrellato en el mundo del cine y la televisión.
Post a Comment